Saludo romano

Introducción
La simbología romana ha desencadenado un gran número de problemas por el uso interesado de muchos de sus gestos o iconos en las dictaduras del s.XX, entre otras cosas porque el imperio romano resulta fácilmente atractivo por su ostentación de poder y su afán conquistador y por tanto se establecía como modelo a seguir en pro de la unificación de un sentimiento nacional, rememorando las glorias de antaño.
Aun así, el gesto que corresponde al saludo romano clásico que todos tenemos en mente, es una visión distorsionada y que no se sustenta sobre ninguna evidencia general ni extendida, lo que sí podemos apuntar es que la mano alzada dispone de un significado ancestral que poco o nada tiene que ver con lo que la historia contemporánea nos ha mostrado.
Otro de los aspectos a destacar es que no hay un único saludo y de la misma forma que según el nivel de confianza y cordialidad de nuestro interlocutor aplicamos un saludo u otro, en Roma se usaban varias modalidades según se tratara de un amigo, un cliente o una personalidad pública.
El saludo solemne

Denomino como saludo solemne a aquél que hace referencia a los grandes cargos públicos o al saludo militar, en realidad es la clase más formal y tiene una connotación más simbólica. A pesar de que es el más icónico, se cree que sus orígenes son etruscos y es una modalidad tribal distorsionada a lo largo de los años. Los germanos en el nombramiento de los regentes, como en el caso de la proclamación de Otón I, ya usaban ese saludo de brazo alzado con la palma abajo de ahí que se utilizara posteriormente para reestablecer el nuevo orden de la raza aria.
Este gesto tan marcado y podría incluso decir que poderoso por su simpleza y masculinidad, originariamente buscaba mostrar en la lejanía que aquél que saludaba no portaba la espada y por tanto en su desarme, disponía de una actitud de acercamiento frente a su interlocutor. En la evolución formal del saludo, los emperadores alzaban su mano de forma menos rígida, e incluso mostraban su dedo índice ligeramente más destacado como símbolo del poder otorgado por los dioses y por la autoridad social que representaban. Es el saludo que podemos ver en la estatua ecuestre de Marco Aurelio por ejemplo.
Como vestigios en relación a este saludo que nos recuerda al implantado por Hitler, disponemos de la columna Trajana o unos relieves de Éfeso, pero poco más. La escasez de restos en relación a este gesto sugiere que no era de uso común y se centraba más en el establecimiento de la autoridad frente a la multitud.
El saludo comercial

Esta clase de saludo, es posiblemente uno de los más utilizados, pues era la forma en la que se sellaban tratados comerciales. El motivo por el cuál se agarra el antebrazo y no la mano como actualmente, es que en la antigüedad se colocaban armas como pequeñas dagas escondidas en ellas, para poder usarlas en momentos de necesidad extrema.
El hecho de que dos personas sellaran un acuerdo con este apretón representaba que confiaban el uno en el otro, asegurándose a su vez que no portaban ningún tipo de armas. Simple pero eficaz en épocas arcaicas.
El saludo entre iguales
Los romanos también disponían de otro gesto cordial de saludo que actualmente reproducimos en nuestra vida cotidiana, es un gesto en el que los interlocutores agarran la parte superior de los brazos del otro, generando una actitud de distensión y confianza. Este tipo de saludo es usado actualmente por políticos y personalidades que desean mostrar públicamente una actitud de respaldo y lazos de amistad con el otro. El significado es visible para cualquier persona y la connotación no es de formalidad sino de estimación (fingida o no) hacia el interlocutor.
El brazo alzado siempre ha sido un símbolo de poder, la visibilidad ofrecida y la altura adicional condiciona la percepción de aquéllos que están situados más abajo pero a la vez refuerza la actitud de protección, efecto muy parecido a la percepción de los niños cuando observan a los adultos posando sus manos sobre su cabeza, pero si se realiza desde abajo el brazo alzado ensalza a quién apunta y lo catapulta como referente.
Evolución en la Edad Media
Tras la caída del imperio romano y la consolidación posterior de la Edad Media dio paso a una evolución lógica de los símbolos, el gesto de mano alzada se transformó en el saludo flexionado que usamos actualmente en el ámbito militar, mientras que el saludo de agarre de antebrazos evolucionó hasta el apretón de manos.
Fue durante los s.XVIII, pero sobre todo en el XX cuando la llegada del fascismo modificó los ancestrales símbolos romanos para adquirir un nuevo significado. Mussolini, Franco y Adolf Hitler readoptaron el gesto, copiado previamente del dirigente Gabriele d'Annunzio y otorgándole una asociación negativa en el recuerdo de los supervivientes, por tanto no es que dejara de usarse sino que fue prohibido, tras la victoria de las tropas aliadas, su exhibición pública en un contexto político o militar que fomentara los valores totalitarios del fascismo.
Este es un claro ejemplo de como se puede desvirtuar un gesto a priori noble, pero aunque para la gran mayoría de la gente su uso se relaciona con un oscuro y odioso periodo de la historia, para los clásicos permanece como el símbolo del poder y la unión de Roma.
Mireia Gallego
Abril 2016