Conimbriga
Aunque he separado los yacimientos arqueológicos siguiendo el mapa político actual, lo cierto es que la Península Ibérica era un bloque homogeneo separado por diferentes provincias. La Lusitania romana, al que pertenecía Conímbriga, seguía las mismas influencias que el resto, por lo que, vaya de antemano, aunque lo he colocado en la actual Portugal, en realidad debería haber pertenecido a un territorio unificado denominado Hispania. Querido lector, el menú responde más a la facilidad en la búsqueda y en la sensación de que para el no iniciado es más sencillo ubicarlo de este modo, que a la fidelidad a la geografía del imperio romano.
Aclarado el tema, comenzamos!
Ubicación
A 17 Km escasos de la actual Coimbra, hallamos el conjunto arqueológico al que hacemos referencia. Se situa en la población de Condeixa a Nova, una encantadora villa de casitas bajas que se halla en el Centro de Portugal y que marca un lugar de paso entre Braga y Lisboa, o lo que es lo mismo, entre la antigua Olissipo y Bracara Augusta. Este detalle es vital para entender por qué los romanos ocuparon la ciudad, ya que la calzada que la cruzaba permitía el trasiego de mercancías entre ambas poblaciones.
Conímbriga, como su nombre indica (Fortaleza de los Conii) estaba previamente ocupada por los Conios, una tribu celta que ocupó una franja que llegaba hasta el Algarve portugués.
Mientras, en Roma, al cónsul y general Décimo Junio Bruto, le es asignada la provincia de la Hispania Ulterior. Durante estas campañas, el brillante general logra someter a las provincias rebeldes que mantienen un pulso con Roma. Posteriormente y tras su llegada al río Limia (se encuentra en la frontera de Portugal y Galicia) comienza un descenso por territorio Luso sofocando las revueltas y conquistando las ciudades pre-romanas, sometiendo a Conimbriga en el 139 a.C.
Los Conii, no fueron de las tribus que ofrecieron más resistencia, de hecho eran más aliados de Roma que contrarios, por lo que la ocupación de Conímbriga fue un proceso relativamente sencillo, en el que los asentamientos romanos se establecieron sin demasiados sobresaltos.
Durante la ocupación romana, la ciudad vivió una época de explendor económico, siendo la más importante la que se enmarca durante el imperio de Augusto. Este periodo de pax romana, permitió que el emperador embelleciera las provincias y las dotara de los elementos característicos del plano urbanístico romano. En época de los Flavios pasó a ser considerada municipium, gozando así de los privilegios de su nueva condición.
No fue hasta el S. IV - V de nuestra era cuando las continuas incusiones bárbaras, obligaron a la constucción de una muralla defensiva. El hecho que parte del tejido urbano quede fuera del recinto amurallado, hace pensar en una paulatina disminución de población, que poco a poco iba desplazándose hasta áreas más seguras, llegando a su total abandono.
Restos arqueológicos
El Foro
El área de restos que podemos contemplar actualmente, fruto de las excavaciones impulsadas por Virgilio Ferreira entre 1930 y 1944, es únicamente una pequeña zona, el resto está pendientes de nuevos trabajos arqueológicos que permitan descubrir nuevas domus, insulas o edificios administrativos y comerciales. Aun así la relevancia de Conímbriga se constata a través de dos aspectos, el primero por la calidad y potencial económico de los restos de las domus romanas, el segundo por el nivel de infraestructuras de la urbe.
El área del foro constituye el centro neurálgico, construído uno previo en época Augusta, fue demolido y reconstruido de nuevo en época Flavia cuando la urbe fue dotada con el estatus de municipio.
Se trata de una plaza porticada rectangular de unos 90 m de largo por 45 de ancho, en realidad se trataba de un doble portico a dos alturas con un templo central consagrado al culto imperial en el centro.
Termas del Foro
Las Termas de Conímbriga atestiguan el nivel ecómico y de relevancia administrativa de la urbe. Dotada de todos los elementos de la construcción termal romana, disponía de una palestra con magníficas vistas al Sur.
Tres eran las entradas por las que se podía acceder al edificio, una desde la propia palestra, una que se hallaba en una zona abierta con piscina central y una tercera que se ubicaba en la zona de salas termales.
Domus del Cantaber
La casa de Cantaber, es una de las maravillosas villas que se pueden contemplar entre los restos. Construída con nada menos que 4 peristilos que variaban en tamaño, disponía de unas termas privadas para uso y disfrute particular. Se desconoce quién fue su propietario, pero la calidad y las dimensiones sugieren a un rico comerciante local o a una personalidad relevante de la administración.
Desde la entrada a la villa se accedía a un peristilo de grandes dimensiones del que partían las principales estancias de la domus, los otros peristilos de menor tamaño se ubicaban cerca de los cuartos principales y del triclinium, éste último dando acceso directo a las termas que hemos mencionado.
Independientemente de las dimensiones de la domus, los numerosos mosaicos hallados como pavimento relatan de forma magistral el poder adquisitivo de los habitantes de Conímbriga.
Domus dos Repuxos
La Casa dos Repuxos es otra de las villas relevantes. La entrada a la domus se realizaba a través de una exedra que daba acceso a un amplio vestíbulo desde el que se podía ver el peristilo central de donde partían las demás estancias.
El nombre de la casa hace referencia a las fuentes que se han hallado en su interior, abastecidas por un sistema de canalizaciones complejo y que aun son visibles. Decenas de pequeños chorros distribuían caprichosamente el agua, creando un efecto relajante y armonioso al conjunto.
Los pasillos laterales disponen de una pavimentación de mosaicos de gran calidad que reproducen diferentes temáticas, desde la estaciones, a escenas domésticas o de caza.
Aunque la domus data del s.I, lo cierto es que en origen fue una edificación construída con fines comerciales, fue ya entrado el s.II cuando fue remodelada aprovechando sus dimensiones para convertirse en una domus privada.
Para que las instalaciones termales y las de las villas fueran efectivas, la ciudad debía disponer de un sistema de canalización de agua. Para ello, los ingenieros urbanos dispusieron un sistema de conducción a través de un acueducto que recogía el agua desde el manantial de Alcabideque. Con una extensión de 3,5 Km el caudal de agua llegaba a la ciudad, quedando entre sus restos el arco de soporte visible en la imagen superior.
En el conjunto arqueológico se ubica el Museo que recoge la colección de elementos recuperados de las excavaciones y que permiten acercar al visitante al entorno cotidiano y comercial de Conímbriga.
Los restos son mucho mayores, aun es observable los restos de la calzada romana o las estructuras fundamentales de las ínsulas, simplemente hay que dejarse llevar e intentar hacer un preciso retrato de como previsiblemente era la urbe, un magnífico ejercicio que nos ofrece información de Lusitania, y nos emplaza a conocer el legado romano de nuestros vecinos portugueses, que recíprocamente también es el nuestro.