Lucus Augusti Lugo
Introducción
Junto al río Miño y en el centro de Galicia, hallamos una de las ciudades más prolíficas en cuanto a legado romano en nuestro país, sita en un lugar de paso entre otras provincias romanas de la Lusitania y con la relevancia que le proporciona sus explotadas minas de oro, Lugo o Lucus Augusti, se posicionó como un referente no sólo como vía de comunicación sino a nivel económico, siendo muy evidente su nivel adquisitivo en los restos que actualmente son visibles en la ciudad.
Hispania debe gran parte de su arquitectura a las actuaciones de Augusto que ciertamente, marcaron el inicio de una romanización profunda y gradual. Casi de forma coincidente las diferentes provincias fueron creando por órden del imperio y el senado un conjunto de edificios que garantizaran la aceptación de la nueva situación, en vez de destruir, crear y tras las guerras cántabras que habían sido costosas en número de efectivos y en esfuerzos, Augusto fundó algunas nuevas urbes a partir de castros situados en la zona que de alguna manera sirvieran para controlar los rebeldes cántabros y astures.
La fundación de Lucus Augusti
El magistrado Paulo Fabio Máximo, había sido designado por órden de Augusto para la reorganización del Noroeste de Hispania, su cometido fundar y estabilizar políticamente las zonas conquistadas. Paulo Fabio por tanto fue el artífice de la creación de dos nuevas ciudades, Lugo en el 15 a.C y Braga, que se sirvió de los castros militares y los castros habitados por poblaciones autóctonas en las zonas colindantes para poblar la nueva ciudad. El magistrado en honor a Augusto añadió su nombre en la nomenclatura de las nuevas ubes, siendo Lucus Augusti y Bracara Augusta los nombres finalmente asignados y comenzó la tediosa pero necesaria tarea de urbanizar al estilo romano, con cardo y decumano y creando un foro del que partiría todo el resto.
A escasos 80 Km del centro de Lugo, en la actual población de Quiroga, se han localizado los restos de una estructura hidráulica romana a orillas del río Soldón que permitía la extracción de oro a través de unos pasadizos artificiales de más de 25 metros, este descubrimiento permite entender la relevancia que Lugo tenía para el imperio, fuente de riqueza y autosuficiencia económica. Así pues la urbe fue creciendo demográfica y económicamente durante siglos, siendo en el s.III capital del conventus lucensis e iniciándose la construcción de la muralla perimetral para defenderla de las incursiones bárbaras. En el 460, los suevos toman la ciudad finalizando así la época de dominación romana. Aun así el legado de siglos quedó prácticamente indemne entre sus murallas declaradas Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.
Antes de comenzar a hablar de los restos, permitidme dar las gracias a Joan Carles y Rosa, grandes amigos y conocedores de mi gusto por las piedras, que han tenido a bien pasarme prácticamente todas las imágenes que ilustran este artículo, mil gracias, a vosotros va dedicado!
Muralla romana
Sin lugar a dudas, los restos más representativos de Lugo son sus increíbles murallas romanas. Durante siglos los habitantes de Lucus Augusti no se habían visto asediados externamente por lo que fue en el s.III cuando la incipiente amenza de las tribus germánicas obligó a la construcción, supervisada por el ingeniero Vitrubio, de una gruesa muralla de más de 2100 metros de longitud que garantizara la seguridad de la población.
Utilizando pizarra, granito y una potente argamasa los romanos se aseguraron de que se mantuvieran indemnes durante 17 siglos conservándose casi la totalidad de la estructrura. De las 85 torres semicirculares se mantienen en pie 71, siendo la de A Mosqueira la que mantiene aun su primer piso y donde son visibles los ventanales de medio punto, que facilitarían la colocación de ballestas o escorpiones. El grosor se situa entre los 4 y los 7 metros si tenemos en cuenta el paseo superior visible en la imagen y aun transitable para turistas y habitantes.
A pesar de que actualmente existen 10 puertas de acceso, sólo 5 son originales: Porta Miñá, Porta Falsa, Porta de San Pedro, Porta Nova y Porta de Santiago, las dos primeras aun se conservan de la época. Todas las puertas permitían acceder a una vía de comunicación hacia otras provincias
Al adarve (paseo superior) se accedía a través de una escalinata doble que estaban ubicadas en las torres y que habían quedado cubiertas por una capa de restos que con el paso de los años las dejó ocultas, afortunadamente actualmente son visibles en algunas zonas. Se tiene constancia de un foso perimetral exterior a diferentes niveles y de un intervallum interior, éste último cubierto por los edificios posteriores.
Piscina romana
En el año 1960, se inició una remodelación del pavimento junto a la catedral de Lugo, en la Plaza Santa María, y ante la sorpresa de muchos de los que estaban allí aparecieron los restos de una piscina romana con exquisitos mosaicos de motivos geométricos.
Al principio se creyó que se correspondería con un batisterio pero la disposición de los elementos que envolvían la piscina con orificios de desagüe la situa más como un frigidarium, o piscina fría, de alguna domus romana o de un recinto termal.
La falta de recursos económicos propició que la piscina fuera cubierta de nuevo, pero perdiéndose por el camino fragmentos de los mosaicos y una sección del muro perimetral.
En el 2011 a través de un proyecto del Concello de Lugo junto con la UE, se puso en marcha la excavación y adecuación de la estructura de la piscina para que fuera mostrada en público in situ, garantizándose la preservación del yacimiento.
La piscina, muestra un escalón en el muro oeste, un ábside en el Sur y los restos de mosaicos mejor preservados en el muro este y en el pavimento del fondo. Los motivos geométricos simples permitieron su reconstrucción.
Necrópolis romana
En el centro arqueológico de San Roque, se hallan los restos de una necrópolis romana donde son visibles tres elementos importantes, el primero es un estanque ceremonial donde se aprecian en la propia bañera dos desagües con la silueta de una cabeza humana, por otro lado fue descubierto un horno de producción de cerámica, posiblemente destinado a las ofrendas y por último los restos de las estructuras donde eran colocados los cuerpos incinerados de los habitantes en un segmento temporal que abarca 4 siglos.
Casa de los mosaicos
La casa de los mosaicos está ubicada en una de las calles de acceso a la Plaza Mayor (Doutor Castro), de lo que se desprende la relevancia de su propietario, quién podría ser un alto rango de la élite de la ciudad de carácter político o comercial del s.III y IV.
La importancia de la domus viene dada por el estado en el que se hallan sus mosaicos y los restos parciales de sus paredes, que aun muestran las pinturas murales con motivos geométricos.
La domus, siguiendo el patrón de construcción romana, disponía de un patio porticado, aunque se adivina un segundo, de donde partían las estancias principales. Las más importantes en cuanto estado de conservación son las que se corresponden con el área de recepción de invitados ya que en ella hallamos los restos casi completos del mosaico y los muros laterales decorados con cenefas (esvásticas) en colores rojizos y oscuros. Asimismo son apreciables los restos del triclinium o comedor de invierno y los restos de un Hypocausto, o lo que es lo mismo, las canalizaciones de calefacción por tierra.
La domus es conocida como la Domus de Oceanus, principalmente por uno de los mosaicos que decoraban la casa.
Aunque la villa fue descubierta en el 1842, las tareas de musealización y recuperación de la misma se dio entre el año 1999-2001, donde quedará resguardada de las inclemencias del tiempo.
Domus del Mitreo
Cercana a la Puerta de Santiago, en el año 2000 fueron localizados de forma accidental, los restos de una gran villa romana que aunque se dató en el s.III estaba construída sobre otra dos siglos más antigua. La espectacularidad de la misma viene dada por su extensión y por localizarse en ella un mitreo, o una sala reservada al culto de Mitra, un culto místico y hermético de una divinidad oriental muy arraigada en la sociedad romana.
El mitreo conserva un ara dedicada al dios y donde seguramente se realizaban los rituales de ofrendas y sacrificios y es gracias a a este monolito grabado que sabemos que Gaio Victorio Victorino, centurión de la Legio VII Gemina y recaudador de los tributos fue el encargado de costear su construcción. El Mitreo de unos 15 x 7 metros tenía un acceso por la parte sur de la villa.
Otras de las zonas visibles son el patio columnado con piscina, algunas estancias, la sala de recepción que daría paso al peristilo y zonas de uso como un pozo.
Los orificios que pueden contemplarse en algunas de las estancias se corresponderían con el drenaje de las aguas residuales que irían al sistema de alcantarillado.
También son visibles los restos de los muros de las estancias decorados y pigmentados de diferentes tonalidades así como algunos segmentos de mosaicos.
Se sabe con casi total seguridad que la villa quedó afectada por la construcción de la muralla, por lo que quedó abandonada a finales del s.III.
Templo romano
En el círculo de Bellas Artes de Lugo, también junto a la Plaza Mayor, se localizaron en el 2005 los restos del basamento de un Templo romano atípico en su forma teniendo en cuenta el resto de construcciones de la zona.
En el 2013 se realizó una intervención arqueológica que permitió datar la estructura pues parece ser que el templo estaba sobrepuesto a una construcción más antigua, por lo que la parte más visible se situaría entre el s.III y IV.
Construído en opus signinum es de planta rectangular pero con una cabecera semicircular. Se desconoce exactamente a qué deidad estaba consagrada.
Termas romanas
Junto al río Miño, en el mismo recinto del Balneario de Lugo se localizaron los restos de las termas romanas de la antigua Lucus Augusti. Adecuadas actualmente a través de pasarelas de madera es visible la zona de vestuarios (Apodyterium) con sus nichos que permitían a los usuarios de las instalaciones colocar sus pertenencias y su ropa, asimismo son contemplables los restos de una sala y las aras en piedra con los grabados en los que se agradece a las ninfas las propiedades de las aguas.
Puente romano
El puente romano de Lugo se situa junto al Hotel Balneario y cruza el Miño. A pesar de las infinitas restauraciones sufridas a lo largo de los siglos, la estructura basamental del puente es romana. El puente necesario para el trasiego de personas y mercancías unía Lugo con Bracara Augusta (Braga), siendo una importante vía de comunicación. Con las últimas restauraciones se eliminaron los elementos metálicos que habían sido añadidos a posteriore para salvaguardar el aspecto original romano, siendo el de ahora una reproducción bastante fidedigna del que podía contemplarse en el s.I momento en el que fue construído. El puente son 104 metros en linea recta y 4 metros de ancho aunque se cree que originalmente el ancho podía alcanzar los 7 metros. En esta última reconstrucción en el que se ha convertido en peatonal, se ha dejado a la vista el color original de la piedra.
Conclusión
A veces sobran las palabras, Lugo merece visitarse con la calma que precisa, saboreando rincones, oliendo a Roma en cada esquina, gozando de lo mucho que se gana protegiendo su legado y enorgulleciéndose de su pasado.
Lugo es historia viva y vivida.
Mireia Gallego
Julio 2016